Nutrición
¡Aprovecha al máximo las sobras de Navidad!
Un estudio revela que en las casas durante Navidad se desperdicia un 10% de la comida, principalmente porque se compra en exceso. En España, la tasa de desperdicio alimentario es menor que en otros países de Europa, pero durante estas fiestas se tiende al derroche. Se aconseja una mejor planificación de los menús para evitar el despilfarro y se ofrecen recetas para aprovechar las sobras, como canelones, croquetas, pasteles salados y quiches. Además, se destaca que en los restaurantes el desperdicio alimentario es casi nulo, ya que calculan con precisión las raciones y saben cómo aprovechar los alimentos sobrantes.
Desperdicio de comida en Navidad: un problema que persiste
En las festividades navideñas, uno de los aspectos más destacados es la abundante comida que se prepara y se comparte en las mesas de todo el mundo. Sin embargo, detrás de esta opulencia gastronómica se esconde un problema preocupante: el desperdicio alimentario. Un estudio revela que en tres de cada diez hogares, un 10% de la comida servida durante las celebraciones navideñas termina en la basura.
El principal motivo detrás de este desperdicio es que se compra demasiado. Muchas familias se ven presionadas por la tradición de asegurarse de que haya abundante comida en la mesa, lo que lleva a una sobrecompra y, en última instancia, al desecho de alimentos perfectamente consumibles.
El contexto de la situación
Según datos recientes, la tasa de desperdicio alimentario en España ha disminuido ligeramente en los últimos años, lo que indica una mayor conciencia sobre el problema. A pesar de esto, durante las fiestas navideñas, el despilfarro sigue siendo significativo, ya que las familias tienden a excederse en las compras y en las cantidades de comida servidas en las comidas festivas.
En comparación con otros países europeos, España se encuentra en una posición favorable en cuanto al desperdicio alimentario per cápita, pero durante la Navidad, esta tendencia se invierte debido al derroche y la abundancia asociados con estas celebraciones.
Las cifras que revelan el problema
Según el estudio, el gasto promedio de los españoles solo en comida y bebida durante la Navidad es de 267,15 euros, lo que representa un aumento del 10% respecto a años anteriores. Además, se estima que el 40% de los hogares españoles desperdiciará los dulces sobrantes de Navidad, a pesar de que podrían ser utilizados en recetas durante el resto del año.
El papel de la planificación en la reducción del desperdicio
Expertos en alimentación sostenible destacan la importancia de la planificación de los menús para evitar el despilfarro. Consejos como ajustar las raciones, conservar correctamente los alimentos y reutilizar los sobrantes en nuevas recetas son fundamentales para reducir el desperdicio alimentario.
La importancia de la cocina de aprovechamiento
Uno de los desafíos más grandes durante las fiestas navideñas es cómo manejar los sobrantes de comida de manera eficiente. La chef Blanca Mayandía ofrece diversas recetas que permiten reutilizar los restos de carne, pescado y otros ingredientes en platos creativos y deliciosos, como canelones, croquetas, pasteles salados y quiches.
El ejemplo de los restaurantes en la reducción del desperdicio
En contraste con los hogares, los restaurantes han logrado minimizar significativamente el desperdicio alimentario a través de una cuidadosa planificación de las compras y las raciones servidas. Esta eficiencia en la gestión de alimentos es un modelo a seguir para reducir el desperdicio en todos los ámbitos.
Conclusiones finales
En resumen, el despilfarro alimentario durante las celebraciones navideñas sigue siendo un desafío importante que requiere la atención y el compromiso de todos. Con una planificación adecuada, el uso creativo de los sobrantes y una mayor conciencia sobre el valor de la comida, podemos reducir significativamente el desperdicio y disfrutar de unas fiestas más sostenibles y responsables.
En estas fechas navideñas, el desperdicio alimentario es un problema común en los hogares españoles. Según un estudio, un 10% de la comida preparada termina en la basura debido a la compra excesiva. A pesar de que la conciencia sobre el desperdicio está aumentando, en Navidad se observa un aumento en el despilfarro. Aunque España tiene una menor contribución al desperdicio alimentario en comparación con otros países europeos, las cifras siguen siendo preocupantes durante las festividades. La falta de planificación en los menús y la incapacidad para reutilizar las sobras son algunos de los factores que contribuyen al desperdicio. Recetas como croquetas, quiches y sopas pueden ser una excelente manera de darle un nuevo uso a las sobras de las cenas navideñas y reducir el desperdicio alimentario en casa. Además, la tendencia inflacionista ha hecho que estas navidades sean las más costosas en términos de alimentos, lo que también puede influir en el desperdicio. ¡Es importante planificar con cuidado y aprovechar al máximo los recursos disponibles durante estas fiestas!
Nutrición
Cena saludable: 5 tips para comer bien y sin aburrirse
Después de un atracón de comida o al hacer una dieta de restricción calórica para bajar de peso, es común optar por una cena ligera de **fruta** y **yogur**. Sin embargo, esta elección puede llevar a **déficits nutricionales** debido a la falta de verduras y proteínas. Según el nutricionista Aitor Sánchez, es importante mantener una cena equilibrada que incluya **verduras**, **proteínas de calidad** (como carne magra o pescado) y **hidratos de carbono integrales** para sentirse saciado y evitar picar durante la noche. Además, cenar temprano es recomendable para prevenir enfermedades metabólicas y problemas de digestión.
La propuesta más saludable para la cena incluye **vegetales**, **proteínas bajas en grasa** (como huevo, pescado o quinoa) y **hidratos de carbono integrales**. Es importante evitar los **ultraprocesados** y la **leche con cereales** debido a su alto contenido de azúcar, y respetar el **ayuno nocturno** para mejorar la calidad de la alimentación nocturna y prevenir problemas de salud.
Importancia de una cena saludable para adelgazar
¿A que lo has hecho alguna vez? Después de un atracón de comida o cuando nos proponemos hacer una dieta de restricción calórica para bajar de peso, hacemos este propósito: ‘Voy a cenar solo un yogur y algo de fruta’. Confiamos en que sea efectivo por las pocas calorías que nos aporta este menú y, además, nos anima el hecho de que sean alimentos saludables. Pero también es muy normal que ‘pinchemos’ en pocos días porque nos quedamos con hambre y acabemos por picar cualquier cosa antes de ir a la cama. Y es que, a pesar de que parece una buena idea, este hábito esconde errores nutricionales y no funciona como método para adelgazar.
«No hay duda de que fruta y yogur son alimentos sanos y que tomar cualquiera de ellos o ambos en la cena es correctísimo. Pero si basamos nuestras cenas en unas ingestas tan ligeras y con esos ingredientes es posible que estemos dejando algunos nutrientes esenciales fuera de nuestra dieta cada día», advierte el nutricionista Aitor Sánchez, autor del blog Mi dieta cojea.
Pero, ¿a qué se deben esos déficits nutricionales? «Por nuestra cultura gastronómica se asume que la comida y la cena van a ser las ingestas principales del día. Eso implica que incluyamos en ellas la verdura y una fuente de proteína, eso como mínimo. Si nos vamos a un modelo de yogur y fruta en la cena, es muy complicado que entre horas tomemos verduras o alimentos proteicos. La gente no merienda huevos duros ni lechuga o tomates cherrys, por ejemplo», explica el autor de ‘¿Qué pasa con la nutrición?’ (Ed. Paidós).
Así que lo de fruta y yogur solo tendría sentido como una cena eventual. «Si un día no tenemos hambre o si queremos salir del paso podemos recurrir a eso, pero no lo aconsejo como cena modelo para todos los días. Y, si lo hacemos, que no sean postres lácteos azucarados. Solo yogur convencional o vegetal de soja sin azúcar añadido», apunta.
Una cena ligera, en todo caso, ¿sirve para adelgazar? Pues, lógicamente, si durante el resto del día comes sin control, no vale para nada. Incluso puede ser perjudicial. «Cenar poco o castigarte sin cenar tras una ingesta descontrolada de alimentos a lo largo del día no es una buena idea y solo perpetúa una mala relación con la comida», señala Miriam Ruíz, especialista en Medicina Interna.
El menú ideal
Lo más adecuado es mantener la estrategia del plato saludable: 50% de verduras y hortalizas, 30% de proteínas y 20% de hidratos de carbono. «Una cena ligera a base de verduras o ensalada y acompañada por proteínas de calidad –carne magra, pescado, quinoa o huevo–. Esto contribuye a sentirse saciado y no tener que asaltar la nevera a media noche». Sí es buena costumbre completar el menú con una pieza de fruta y un yogur.
Los hidratos de carbono –pan, arroz, cereales…– deben ser integrales– y es necesario adaptar la cantidad al ejercicio físico que hacemos y a nuestra necesidad de controlar el peso. También es más recomendable optar por el pescado en lugar de la carne y por las verduras cocinadas en lugar de crudas, ya que son más fáciles de digerir por la noche.
Y un hábito que debemos incorporar a nuestras costumbres de alimentación: «Cuanto antes puedas cenar, mejor», subraya Miriam Ruíz. No tenemos que dejarla como última actividad del día antes de ir a la cama. Se puede cenar a las siete de la tarde –anima– y luego seguir con las tareas habituales.
Porque cenar tarde o comer de noche se asocia también a mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como la obesidad y la diabetes, apunta la especialista. La razón es que el cuerpo está menos preparado por la noche para metabolizar los alimentos. También eleva el riesgo de insomnio y acidez y reflujos en el estómago.
La propuesta más saludable
La norma a seguir: que pasen cerca de dos horas antes de ir a dormir y respetar el ayuno nocturno, esto es, no picar después de la cena.
Vegetales: Optar por verduras salteadas, ensaladas crudas o en crema.
Proteínas bajas en grasa: Huevo, pescado, queso fresco, carneas magras, quinoa…
Hidratos: Controlamos la cantidad según el ejercicio y la necesidad de calorías. Y que sean integrales (arroz, pan…)
Se deben evitar… Ultraprocesados -pizza, hamburguesas…– porque su exceso de grasa, sal y azúcar obliga al estómago a hacer un gran esfuerzo por digerirlo. Tampoco es buena idea la leche con cereales, tiene mucha azúcar
¿A que lo has hecho alguna vez? Después de un atracón de comida o cuando nos proponemos hacer una dieta de restricción calórica para bajar de peso, hacemos este propósito: ‘Voy a cenar solo un yogur y algo de fruta’. Confiamos en que sea efectivo por las pocas calorías que nos aporta este menú y, además, nos anima el hecho de que sean alimentos saludables. Pero también es muy normal que ‘pinchemos’ en pocos días porque nos quedamos con hambre y acabemos por picar cualquier cosa antes de ir a la cama. Y es que, a pesar de que parece una buena idea, este hábito esconde errores nutricionales y no funciona como método para adelgazar.
«No hay duda de que **fruta** y **yogur** son alimentos **sanos** y que tomar cualquiera de ellos o ambos en la cena es correctísimo. Pero si basamos nuestras cenas en unas ingestas tan ligeras y con esos ingredientes es posible que estemos dejando algunos **nutrientes esenciales** fuera de nuestra dieta cada día», advierte el **nutricionista** **Aitor Sánchez**, autor del blog **Mi dieta cojea**.
Pero, ¿a qué se deben esos **déficits nutricionales**? «Por nuestra **cultura gastronómica** se asume que la comida y la cena van a ser las ingestas principales del día. Eso implica que incluyamos en ellas la **verdura** y una fuente de **proteína**, eso como mínimo. Si nos vamos a un modelo de yogur y fruta en la cena, es muy complicado que entre horas tomemos verduras o alimentos proteicos. La gente no merienda **huevos duros** ni **lechuga** o **tomates cherry**, por ejemplo», explica el autor de ‘¿Qué pasa con la nutrición?’ (Ed. Paidós).
Así que lo de fruta y yogur solo tendría sentido como una cena eventual. «Si un día no tenemos hambre o si queremos salir del paso podemos recurrir a eso, pero no lo aconsejo como cena modelo para todos los días. Y, si lo hacemos, que no sean **postres lácteos azucarados**. Solo yogur convencional o vegetal de soja sin **azúcar añadido**, apunta.
Una cena ligera, en todo caso, ¿sirve para adelgazar? Pues, lógicamente, si durante el resto del día comes sin control, no vale para nada. Incluso puede ser perjudicial. «Cenar poco o castigarte sin cenar tras una ingesta descontrolada de alimentos a lo largo del día no es una buena idea y solo perpetúa una mala relación con la comida», señala **Miriam Ruíz**, especialista en **Medicina Interna**.
El menú ideal
Lo más adecuado es mantener la estrategia del plato saludable: **50% de verduras** y hortalizas, **30% de proteínas** y **20% de hidratos de carbono**. «Una cena ligera a base de verduras o ensalada y acompañada por proteínas de calidad –carne magra, pescado, quinoa o huevo–. Esto contribuye a sentirse saciado y no tener que asaltar la nevera a media noche». Sí es buena costumbre completar el menú con una pieza de fruta y un yogur.
Los **hidratos de carbono** –pan, arroz, cereales…– deben ser **integrales**– y es necesario adaptar la cantidad al ejercicio físico que hacemos y a nuestra necesidad de controlar el peso. También es más recomendable optar por el pescado en lugar de la carne y por las verduras cocinadas en lugar de crudas, ya que son más fáciles de digerir por la noche.
Y un hábito que debemos incorporar a nuestras costumbres de alimentación: «Cuanto antes puedas cenar, mejor», subraya **Miriam Ruíz**. No tenemos que dejarla como última actividad del día antes de ir a la cama. Se puede cenar a las siete de la tarde –anima– y luego seguir con las tareas habituales.
Porque cenar tarde o comer de noche se asocia también a mayor riesgo de desarrollar **enfermedades metabólicas**, como la obesidad y la diabetes, apunta la especialista. La razón es que el cuerpo está menos preparado por la noche para metabolizar los alimentos. También eleva el riesgo de insomnio y acidez y reflujos en el estómago.
La propuesta más saludable
La norma a seguir: que pasen cerca de dos horas antes de ir a dormir y respetar el **ayuno nocturno**, esto es, no picar después de la cena.
Vegetales: Optar por verduras salteadas, ensaladas crudas o en crema.
Proteínas bajas en grasa: Huevo, pescado, queso fresco, carne magra, quinoa…
Hidratos: Controlamos la cantidad según el ejercicio y la necesidad de calorías. Y que sean integrales (arroz, pan…)
Se deben evitar… Ultraprocesados -pizza, hamburguesas…– porque su exceso de grasa, sal y azúcar obliga al estómago a hacer un gran esfuerzo por digerirlo. Tampoco es buena idea la leche con cereales, tiene mucha azúcar
Nutrición
¡Descubre el secreto viral para ahorrar en tus comidas con el truco 6-1!
Resumen de la noticia:
Qué: Método 6-1 del chef Will Coleman para ahorrar en la compra de alimentos.
Cuándo: Actualmente.
Dónde: En redes sociales y supermercados.
Cómo: Consiste en hacer una lista de la compra dividida en 6 apartados con cantidades específicas.
Por qué: Para simplificar la experiencia de compra, ahorrar tiempo y dinero, comer más sano y evitar el desperdicio de alimentos.
Análisis del método 6-1 para ahorrar en la compra de alimentos
Las **expectativas de inflación** en el sector de la alimentación son aproximadamente del **7%**. Y tal y como están ya los precios… Lo que se dispara es la preocupación de los consumidores, que constatan que, de un tiempo a esta parte, pagan más y llenan el carro menos:se bromea diciendo que los 50 euros de ahora son los 20 de antes, vamos, que el dinero no ‘rinde’ igual en el súper. Por eso, todo el mundo anda buscando fórmulas y truquillos para **ahorrar en comida** y en las redes hay un buen puñado. Pero el que más viral se ha vuelto recientemente es quizá el **método 6-1** del chef estadounidense Will Coleman. ¿En qué consiste? En hacer una lista de la compra semanal con seis apartados y que vaya de seis a una: **6 verduras, 5 frutas, 4 alimentos que proporcionen proteínas, 3 alimentos con almidón** (patatas, pan, arroz, pasta), **2 salsas o cremas** saludables para untar y **1 unidad de «algo divertido»**, es decir, un caprichito.
Fácil de recordar y, según explica el propio chef, una buena manera de organizarse. Ganas tiempo y, además, no compras ni de más ni de menos, según afirma. ¿Más ventajas?En su perfil de TikTok, que es donde explica su técnica, promete que también comeremos **más sano, con menos precocinados**.
La principal crítica que le hacen a esta fórmula es que, si no se es muy creativo, podemos terminar comiendo todas las semanas lo mismo y el **aburrimiento** –y esto lo saben los nutricionistas– es uno de los motivos por los que fracasan muchas dietas. Coleman siempre ha insistido en que se puede cambiar de verduras, aprovechando las que haya de temporada, y también ir variando de proteína para no cansarnos. Si a esto le unimos un pequeño esfuerzo para que las preparaciones sean distintas –unas veces ensaladas, otras cremas, revueltos, a la plancha, al horno, en revuelto o salteados…–, puede que la idea del chef no sea tan mala. ¿Pegas? No incluye, por ejemplo, **leche, café o aceite**. Sí, se deja cosas fuera. Por eso, lo sensato si se quiere probar este método es contemplarlo como un esquema al que habrá que añadir un poco de ‘fondo de armario’.
Lo que evitamos con el método 6-1 es comprar ese montón de cosas que no nos solucionan los menús semanales –dulces, salsas que solo usaremos una vez, galletas, bebidas azucaradas– que incrementan notablemente la cuenta y, en realidad, ni siquiera nos convienen. También nos obliga a **planificar**, algo que también nos va a ayudar a gastar menos y comer mejor.
«El método 6 a 1 nació de la necesidad de optimizar mi experiencia de compra –ha afirmado Coleman a la prensa anglosajona–. Frustrado por pasar demasiado tiempo en las tiendas, desperdiciar alimentos y exceder mi presupuesto, diseñé este método para simplificar». Tal y como ha explicado, la mayoría de las compras semanales cuestan, con el 6-1, de 75 a 85 euros para dos personas, es decir, en torno a unos 40 por cabeza. Teniendo en cuenta que organismos como la **OCU** estiman que el gasto medio mínimo en comida de dos personas ronda los **100 euros semanales** (50 cada una), el ahorro puede ser del **20%**.
Una alternativa a la española
Veamos lo que opina Claudia Polo, ‘influencer’ culinaria y autora de ‘Entorno’, un libro para aprender a cocinar con lo que tenemos a mano. «Es un método que queda bien por escrito o en un vídeo, pero, llevado al día a día, no tengo claro si compone un menú completo. Coleman dice que así ahorra tiempo y evita pensar. ¡Pero para hacer una buena compra hace falta pensar!», indica Claudia Polo.
Así que Polo nos lanza una alternativa menos rígida: «Para hacer una compra optimizada, propongo contar con una base de despensa que solo se reponga cuando esté a punto de gastarse –todo lo que es producto en seco, conservas, etc.–. Y con la nevera, lo que sugiero es aplicar algo que en cocina se hace mucho, que es el método **FIFO** (‘first in, first out’). Esto, traducido a la cocina cotidiana, sería sacar aquello que lleva más tiempo en la nevera, esas verduras que van a ponerse malas, lo que tiene más cercana fecha de caducidad… y utilizarlo antes que todo lo nuevo que se haya comprado. Una manera de hacerlo es colocar al fondo de la nevera lo que acabamos de adquirir en el supermercado y poner en el frente lo que lleva más tiempo, así lo usaremos antes y tiraremos menos comida (y esa comida es dinero, así que estaremos ahorrando)».
Para la experta, lo interesante es pensar en ideas de platos y menús con esas cosas que ya tenemos (a las que podemos incorporar ingredientes de la nueva compra). «Y, a la hora de ir a comprar, hacerlo teniendo en cuenta las personas que somos en casa y las veces que nos toca comer fuera… Y no dejarse llevar por paquetes enormes (a no ser que seamos muchos en casa), porque a la larga solemos acabar desperdiciando comida». ¿Algún truco más? Polo apunta que, si compramos carne y pescado, lo mejor es **racionar y congelar** «para que no se nos pase en la nevera».
Resumen de la noticia
Las expectativas de inflación en el sector de la alimentación son aproximadamente del 7%. Los consumidores están preocupados por los aumentos de precios en los supermercados y buscan formas de ahorrar en comida. El método 6-1 del chef estadounidense Will Coleman se ha vuelto viral en las redes como una forma de organizar la lista de la compra semanal de manera eficiente.
El método 6-1 consiste en seis apartados que van de seis a uno, incluyendo verduras, frutas, alimentos con proteínas, alimentos con almidón, salsas saludables y un capricho. Aunque puede ser efectivo para ahorrar tiempo y dinero, algunas críticas señalan que puede llevar a la monotonía en las comidas si no se es creativo.
El ahorro en la compra semanal utilizando el método 6-1 puede ser significativo, con estimaciones de gasto para dos personas alrededor de 75 a 85 euros, en comparación con el gasto medio estimado por la OCU de 100 euros semanales. Sin embargo, algunas alternativas menos rígidas, como la propuesta por la influencer culinaria Claudia Polo, sugieren una planificación más flexible basada en el uso eficiente de la despensa y la nevera.
Implicaciones futuras
Es importante reflexionar sobre la planificación de compras y comidas para evitar el desperdicio de alimentos y optimizar el gasto en el supermercado. Tanto el método 6-1 como las alternativas propuestas por expertos pueden ser útiles para mantener un equilibrio entre ahorro, variedad en las comidas y alimentación saludable.
Nutrición
Secretos de cocina de la abuela: trucos infalibles para unas patatas fritas perfectas
Resumen: La abuela de Elena compartía trucos de cocina como el chup chup de las patatas para evitar que absorban exceso de aceite. También se menciona que cocinar las zanahorias aumenta la absorción de betacaroteno y que las alcachofas tienen una molécula que bloquea el sabor dulce. Otros consejos incluyen hidratar la lechuga para mantenerla crujiente en ensaladas y escaldar el ajo para evitar digestiones pesadas.
Detalles adicionales: Se mencionan más trucos como agregar un puñado de arroz a las lentejas para mayor valor nutricional, el uso de la patata cruda para corregir un guiso salado y cómo añadir frutas como piña, papaya o kiwi para ablandar la carne. Además, se destacan consejos sobre la cocción de verduras, maduración de frutas, la elección del agua para paellas y la combinación de ajo y queso para potenciar sabores.
La sabiduría de las abuelas en la cocina
En un mundo lleno de recetas elaboradas y chefs famosos, a menudo olvidamos la valiosa sabiduría transmitida de generación en generación por nuestras abuelas en la cocina. La experiencia acumulada a lo largo de los años y los trucos caseros que han demostrado ser eficaces son un tesoro culinario que no debemos ignorar.
**Patatas para freír: el arte del ‘chup chup’**
Uno de los consejos más interesantes que rescata Elena Sanz en su libro ‘La ciencia del chup chup’ es el relacionado con las patatas fritas. Según la abuela Isabel, el secreto está en escuchar atentamente a las patatas mientras se fríen. Cuando dejan de sisear y de expulsar burbujas de vapor es el momento perfecto para sacarlas de la sartén. De lo contrario, el aceite se absorberá en exceso, volviéndolas menos sanas y difíciles de digerir.
**Zanahorias para la vista**
Sanz también destaca el beneficio de cocinar las zanahorias en lugar de consumirlas crudas. La absorción de betacaroteno, esencial para la vista, se incrementa significativamente al cocinarlas. Del mismo modo, enfatiza la importancia de cocinar las espinacas para evitar problemas de absorción de hierro y calcio.
**Alcachofas mágicas**
El curioso efecto de la cinarina presente en las alcachofas, que proporciona una sensación de dulzura al agua tras su consumo, es otro detalle fascinante de la sabiduría culinaria de las abuelas.
**Conclusiones**
En resumen, las enseñanzas de nuestras abuelas en la cocina van más allá de simples recetas. Son lecciones de vida, de paciencia, de amor por la comida bien hecha. Valorar y aplicar estos conocimientos ancestrales es una forma de honrar su legado y de disfrutar de una alimentación más saludable y sabrosa.
La ciencia del chup chup
La abuela Isabel compartió con su nieta Elena trucos de cocina basados en la sabiduría popular.
Zanahorias para la vista
Las zanahorias cocidas son más nutritivas que las crudas, ya que aumentan la absorción del betacaroteno.
Ensalada ‘crujiente’
Para mantener la ensalada crujiente, es recomendable hidratar las hojas de lechuga en agua helada antes de servirlas.
Frituras
Para evitar que las frituras absorban demasiado aceite, es importante no dejarlas enfriar, ya que pueden volverse blandas y aceitosas.
Maduración de frutas
Algunas frutas como el plátano y la pera continúan madurando fuera de la planta, mientras que otras como la fresa necesitan madurar en la planta.
Trucos adicionales
- Agregar bicarbonato a las verduras para acelerar la cocción.
- Remojar berenjenas en agua con sal y leche para reducir el sabor amargo.
- Evitar consumir patatas verdes debido al contenido de solanina.
Opiniones de expertos
Según el nutricionista Giuseppe Russolillo, agregar arroz a las lentejas aumenta su valor nutritivo.
El cocinero Fernando Canales recomienda usar patata cruda para corregir guisos demasiado salados.
El profesor de vanguardia Jorge Bretón sugiere marinar la carne con frutas como piña para ablandarla.
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