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Europa respira mejor gracias a medidas anticontaminación, pero aún queda trabajo por hacer

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Un estudio liderado por expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona y del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación revela que, aunque las medidas para combatir la contaminación en Europa han sido efectivas, la mayoría de la población sigue respirando un aire que no cumple con los niveles de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los niveles de los principales contaminantes del aire han disminuido en los últimos años, pero aún no son suficientes. Se destaca la falta de reducción de ozono en algunas regiones, especialmente en el sur de Europa. Se necesitan regulaciones más estrictas en sectores como el transporte y una mayor apuesta por la energía limpia para seguir mejorando la calidad del aire en el continente.


Impacto de la contaminación del aire en Europa

Impacto de la contaminación del aire en Europa

En las últimas décadas, los países europeos han implementado medidas para combatir la contaminación del aire, lo que ha llevado a mejoras significativas en la calidad del aire y la reducción de la exposición de los ciudadanos a los principales contaminantes. Sin embargo, un estudio reciente liderado por expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona y el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación revela que estas medidas aún no garantizan que la mayoría de la población respire aire dentro de los niveles de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El estudio se centró en los cuatro principales contaminantes del aire – las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras de diámetro (PM₂,₅), las partículas de menos de 10 micras (PM₁₀), el ozono (O₃) y el dióxido de nitrógeno (NO₂) – y analizó datos de 1.426 regiones de 35 países europeos entre 2003 y 2019. Aunque se observó una disminución anual en los niveles de PM₁₀, NO₂ y PM₂,₅, el ozono no mostró una tendencia a la baja, especialmente en el sur de Europa donde se registró un aumento del 0,58% en las concentraciones de esta sustancia.

Según el estudio, la mayoría de la población europea sigue viviendo en áreas con niveles inseguros de contaminación del aire, a pesar de los avances logrados. Zhao-Yue Chen, investigador de ISGlobal y autor principal del estudio, destacó el papel de las regulaciones de la Unión Europea en la mejora de la calidad del aire, especialmente en sectores como el consumo de energía y el transporte por carretera. Sin embargo, Chen advierte que Europa aún está lejos de disfrutar de un aire limpio y aboga por una actualización de las normas de aire para cumplir con las nuevas directrices de la OMS.

El desafío del ozono

El caso del ozono presenta un desafío particular debido a su formación secundaria a partir de gases precursores y a factores como la luz solar y las temperaturas. Chen sugiere dos enfoques para abordar este problema: la implementación de regulaciones más estrictas en el transporte y la transición hacia una energía más limpia, así como la mitigación del cambio climático para reducir la formación de ozono.

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El impacto de la contaminación del aire en Europa es preocupante, con estimaciones que sugieren que en 2021 se produjeron más de 253,000 muertes prematuras atribuibles a la contaminación por partículas finas, 52,000 relacionadas con el dióxido de nitrógeno y 22,000 con el ozono. Además, la exposición a estos contaminantes aumenta el riesgo de diversas enfermedades, incluyendo cardiovasculares, respiratorias, alérgicas, diabetes y afecta la salud cognitiva y el desarrollo infantil.

Es crucial que Europa continúe trabajando en la mejora de la calidad del aire y en la protección de la salud pública. La actualización de las normas de aire y la implementación de medidas más estrictas son pasos importantes en este sentido. Sigue las noticias sobre el impacto de la contaminación del aire en medios sociales para estar informado sobre este importante tema.



El estudio publicado en Nature Communications revela que, a pesar de las medidas implementadas en Europa para combatir la contaminación, la mayoría de la población aún no respira un aire dentro de los nuevos niveles de seguridad establecidos por la OMS. Aunque se ha visto una mejora en la calidad del aire y reducción de contaminantes como PM₁₀, NO₂ y PM₂,₅, los niveles continúan por encima de lo considerado seguro. Se destaca la importancia de actualizar las normas de aire para adaptarse a las nuevas directrices de la OMS y la necesidad de regulaciones más estrictas en sectores como transporte y energía para abordar desafíos como el ozono. La exposición a la contaminación sigue siendo una amenaza para la salud pública en Europa, con repercusiones en enfermedades cardiovasculares, respiratorias y otros problemas de salud.

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