

Política
Puigdemont confirma la ley de amnistía y anima a la acción unilateral: ¡Prepárate!
Habrá ley de amnistía. Carles Puigdemont lo ha dado por hecho en su discurso ante el Consell de la República en plena cuenta atrás para sellar un acuerdo con el PSOE. Se trata, ha defendido, de una «nueva etapa» para dejar atrás la «losa de la represión y del exilio», pero también una nueva etapa en la que ha dejado claro que no habrá tregua para lograr la independencia y que, por lo tanto, no estará exenta de confrontación. De hecho, el expresident no ha dudado en llamar a prepararse para una «unilateralidad» que esta vez, ha advertido, no tiene que ser meramente declarativa, sino que hay que llevarla a cabo a la «práctica» si el Gobierno no concede un referéndum de autodeterminación.
La acusación de terrorismo por parte del Tribunal Supremo azuza el cierre del pacto con los socialistas, con los que han mantenido un estira y afloja precisamente para que este delito quede exonerado por completo con la amnistía. Pero Junts tiene que atender también la urgencia electoral en un momento en que la lista cívica de la ANC trata de tomar impulso mientras acusa tanto a Junts como a ERC de negociar con el PSOE. De ahí que Puigdemont haya preparado el terreno para proyectar que el acuerdo por la amnistía no es ningún caso una renuncia, sino la vía para «facilitar las condiciones» para lograr la independencia.
Un trayecto para el que ha invocado por enésima vez la «unidad», pero esta vez con un horizonte temporal: debe ser antes del verano, un tiempo en el que «pasarán muchas cosas». Más allá de la amnistía, será candidato en las elecciones europeas del 9 de junio con la incógnita en el aire de si podrá volver a Catalunya o no en los próximos meses; y habrá después unas elecciones catalanas cruciales para Junts. La apelación a superar la «desunión» no tenía esta vez tanto a ERC como destinatario -que también-, sino a los independentistas que cargan contra los partidos por haberse situado en una tesitura pactista con el PSOE. El Consell de la República, ha defendido, debe servir para «recoser».
Con su discurso, Junts le ha venido a decir a Pedro Sánchez que habrá pacto para la amnistía, pero que eso no supone amansar a su partido, del que depende para continuar la legislatura. «La confrontación no ha acabado, la represión no acabará tampoco por más leyes que hagamos», ha sentenciado, además de advertir que está dispuesto a hacer «los sacrificios que haga falta» para hacer frente a un Estado que no tiene problema en «saltarse el estado de derecho» cuando se trata de defender la «sagrada unidad de la patria».
No ha faltado la pulla a los republicanos cuando ha dejado caer que ha quien se ha rendido «a cambio» de otras cosas, pero que ese no es él. «No nos han doblegado ni ,con los servicios secretos, con los teléfonos pinchados, con la policía inventando informes y teniendo a jueces disparando a matar», ha espetado. Y por todo ello ha pedido al independentismo a cerrar los años de «duelo» y de «lamentaciones» para que sea ahora la autoestima la que lleve las riendas.
Habrá ley de amnistía. Carles Puigdemont lo ha dado por hecho en su discurso ante el Consell de la República en plena cuenta atrás para sellar un acuerdo con el PSOE. Se trata, ha defendido, de una «nueva etapa» para dejar atrás la «losa de la represión y del exilio», pero también una nueva etapa en la que ha dejado claro que no habrá tregua para lograr la independencia y que, por lo tanto, no estará exenta de confrontación. De hecho, el expresidente no ha dudado en llamar a prepararse para una «unilateralidad» que esta vez, ha advertido, no tiene que ser meramente declarativa, sino que hay que llevarla a cabo a la «práctica» si el Gobierno no concede un referéndum de autodeterminación.
La acusación de terrorismo por parte del Tribunal Supremo azuza el cierre del pacto con los socialistas, con los que han mantenido un estira y afloja precisamente para que este delito quede exonerado por completo con la amnistía. Pero Junts tiene que atender también la urgencia electoral en un momento en que la lista cívica de la ANC trata de tomar impulso mientras acusa tanto a Junts como a ERC de negociar con el PSOE. De ahí que Puigdemont haya preparado el terreno para proyectar que el acuerdo por la amnistía no es ningún caso una renuncia, sino la vía para «facilitar las condiciones» para lograr la independencia.
Un trayecto para el que ha invocado por enésima vez la «unidad», pero esta vez con un horizonte temporal: debe ser antes del verano, un tiempo en el que «pasarán muchas cosas». Más allá de la amnistía, será candidato en las elecciones europeas del 9 de junio con la incógnita en el aire de si podrá volver a Cataluña o no en los próximos meses; y habrá después unas elecciones catalanas cruciales para Junts. La apelación a superar la «desunión» no tenía esta vez tanto a ERC como destinatario -que también-, sino a los independentistas que cargan contra los partidos por haberse situado en una tesitura pactista con el PSOE. El Consell de la República, ha defendido, debe servir para «recoser».
Con su discurso, Junts le ha venido a decir a Pedro Sánchez que habrá pacto para la amnistía, pero que eso no supone amansar a su partido, del que depende para continuar la legislatura. «La confrontación no ha acabado, la represión no acabará tampoco por más leyes que hagamos», ha sentenciado, además de advertir que está dispuesto a hacer «los sacrificios que haga falta» para hacer frente a un Estado que no tiene problema en «saltarse el estado de derecho» cuando se trata de defender la «sagrada unidad de la patria».
No ha faltado la pulla a los republicanos cuando ha dejado caer que ha quien se ha rendido «a cambio» de otras cosas, pero que ese no es él. «No nos han doblegado ni ,con los servicios secretos, con los teléfonos pinchados, con la policía inventando informes y teniendo a jueces disparando a matar», ha espetado. Y por todo ello ha pedido al independentismo a cerrar los años de «duelo» y de «lamentaciones» para que sea ahora la autoestima la que lleve las riendas.